martes, 14 de enero de 2020

eco- feminismo



El ecofeminismo es el movimiento que permite la conexión entre la subordinación de las mujeres y la explotación y destrucción del mundo natural en el que vivimos. Este movimiento tiene su origen en los años 70, como consecuencia del movimiento Chipko, el cuál fue el punto de partida de la relación entre las mujeres de diversas aldeas del Himalaya, con la naturaleza, ya que desde India, comenzaron una lucha constante por la protección de la tierra y de los productos que nos ofrece. La edad moderna comienza con la ley que establece la caza de brujas, donde el papel de las mujeres queda restringido a la familia o al convento y la naturaleza es dominada por el espíritu científico de los hombres. A día de hoy, gran cantidad de culturas denominan la naturaleza como una Madre, la Madre tierra.
El ecofeminismo nace de la relación entre la subordinación de las mujeres a los hombres y de la explotación de la naturaleza, ambas bajo el poder del hombre, es decir, están vinculadas con una sociedad patriarcal, dando más importancia a los beneficios que se pueda sacar de la naturaleza que a su propio cuidado.
Con el ecofeminismo también se pretende visibilizar el poder de las mujeres y las aportaciones que realizan en materia ambiental, científica y humanística.
El género influye en la forma en la que están estructuradas las comunidades, hogares  e instituciones, en la toma de decisiones y uso de los recursos naturales. Hoy día, el modelo principal de desarrollo ha sido el masculino guiado a través de unos estereotipos sociales donde el hombre realiza el esfuerzo y la madre cuida. Los roles de género que podemos encontrar relacionados con el medio ambiente son tales como usos y conservación de recursos y efectos de la degradación ambiental. 
En el rol de uso y conservación de los recursos podemos ver que las mujeres son solo un tercio de la principal fuente de ingresos en sus hogares, por lo que debería de existir una mayor proporción de los ingresos de las mujeres a necesidades básicas. En diversos países el 80% de las mujeres son las que producen alimentos y además tienen un amplio conocimiento de usos para alimentación y medicina. Por otro lado, reconocen más biodiversidad local. En efectos de la degradación ambiental las mujeres tienen más interacción con el medio para satisfacer las necesidades de los hogares.  Según los estudios, existe un alto porcentaje donde las mujeres son más vulnerables y sufren mucho más las catástrofes ambientales.  






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