En mi primera
entrada de este diario podéis encontrar mi yo ambiental. Las personas muy pocas
veces nos evaluamos como somos cuidando el medio ambiente. Esta parte del
diario para mí ha sido muy importante porque me ha servido para darme cuenta
como estoy cuidando el planeta y como debo cambiar. Sobre todo para cuidarme
como persona, mejorar mi salud y mi vida y reforzar mi autoestima.
Para comenzar
esta parte del diario, creo que debería de hablar un poco de mí. ¿Quién soy?
Bueno esta es
una pregunta muy relativa, pienso que no todas las personas se conocen a fondo.
Dependiendo de las circunstancias y obstáculos que te vayan surgiendo actuaras
de una manera u otra y creo que no sabemos que haremos en cada momento.
Bueno soy una
chica corriente, al menos eso creo. Tengo 23 años, estudio en la facultad y
trabajo con niños a media jornada. Mi vida a veces es estresante, pero creo que
el hecho que lo sea es saber sobrellevarlo. A veces, me pregunto… ¿Estoy dónde
he querido siempre estar? Cuando me analizo después de un buen tiempo mi
respuesta es siempre sí. He luchado, como todos, para llegar a dónde estoy y mi
siento orgullosa de lo que he conseguido. Pero ¿Qué tiene que ver esto con la
educación ambiental? Pues amigos, tiene que ver bastante. Nos tenemos que analizar
a nosotros mismos para poder mirar todo lo demás. Nuestro sistema se mueve por
muchas circunstancias y la primera de ellas somos nosotros mismos. Si nosotros
nos estamos bien, todo lo de alrededor no saldrá bien o no irá como queremos
que funcione. En esto tenemos que evaluarnos en muchos aspectos, sobre todo y
lo más importante es como nos sentimos. Bueno, es verdad que todo lo de
alrededor nos influye quizás en nuestros sentimientos y pensamientos. Pero,
debemos aprender de todo y saber como manejar las situaciones.
Como he
comentado, mi vida a veces es estresante y he dicho que lo primero somos
nosotros, pero no estresamos porque queremos abarcar más de lo que podemos solo
porque creemos que es lo mejor. Cuando creamos que algo nos agobia pensar ¿Es
lo que quiero? ¿En qué me beneficia? ¿Puedo hacer otra cosa para no estarlo?
Bueno siempre hay más alternativas y soluciones para poder sobrellevar las
cosas.
En mi trabajo,
una de las cosas buenas o no, es que he tenido porque no me ha quedado otra que
aprender a realizar técnicas en el mismo momento de un estrés extremo a tener
que realizarlas. Os pongo en situación: 45 niños para mi sola de 3 -13 años de
edad. Bueno, tengo que decir que los niños a veces estresan, pero hay que saber
manejarlo y creo que después de mis años de experiencia tengo más estrés por
las familias de los niños que por los propios niños. Los adultos tenemos la
capacidad de criticar y analizarlo todo, a veces hay que sacarle partido a lo
que nos aporta la vida.
Dentro de este
estrés, a veces se me olvidaba hacerme de comer o comía muy rápido.
Provocándome dolores de estómagos constantes por no pararme a masticar despacio
o no hacer bien la digestión. Y es que, mi vida a veces, la distribuyo en el
día por necesidades primarias. He aprendido con el paso del tiempo a darle
importancia a las cosas que en realidad la tienen. El simple hecho de tener un
tiempo para la comida y ver que es lo que tienes que comer es fundamental para
sentirte bien.
Con las prisas,
rápido cogía un paquete de galletas pues puedo sustituirlo por una pieza de
fruta. Cuando llegaba a casa, con las prisas y con mucha hambre de no parar en
toda la tarde, me hacía de comer algo rápido, fácil y que me llenara bastante.
He decidido que comer algo rápido y fácil es hacerme una ensalada que me guste.
Llevo mucho tiempo probando muchos tipos para ver cuál es la que realmente me
gusta y poder cambiar mis hábitos. He metido en mi dieta mucha más fruta y
verduras. En mi dieta como bastantes legumbres porque me gustan mucho y soy una
persona como se dice aquí en Sevilla de “cuchareo”. Prefiero comer un plato de
puchero a un plato de filetes con patatas fritas.
La soberanía
alimentaria que es la capacidad que tenemos sobre nuestra alimentación tanto
individual como colectiva. De este punto hablaré más profundamente en una de
las entradas de mi diario. Vivimos en una sociedad capitalista donde lo único
que se hace es consumir más y más y explotar recursos naturales que a veces no
pueden renovarse. Esto es un problema tanto individual como colectivo, sobre
todo de las grandes empresas que solo miran por su beneficio en vez de las
grandes consecuencias para el medio ambiente, no miramos por nuestro planeta. Y
nuestro planeta, es la casa de todos.
Tenemos que
tener la capacidad de decidir lo que hacemos, lo que comemos, como nos vestimos
y todos los productos que usamos. Hoy día consumismo por consumir incluso
compramos mucho más sin hacernos falta. El pescado es un plato que me gusta
bastante y suelo comerlo dos veces en semana, aunque como mucha más carne que
pescado. Pero, es realmente agobiante no saber lo que realmente comemos. Mi
madre que es la encargada de comprar en casa compra en una pescadería de mi
barrio. Pero ¿realmente estamos libres de comer pesces con poco niveles de
mercurio? El pescado hoy día tiene unos
niveles elevados de mercurio y la carne niveles elevado de tóxinas. Las
verduras contaminadas por los químicos para fertilizarlas y plantarlas. ¿Cómo
podemos saber si lo que comemos es realmente saludable?
Debemos comprar
todos los productos etiquetados, con las etiquetas sabremos su proceso en todo
momento y de dónde viene ese producto y sobre todo si es saludable para nuestro
organismo.
Estamos en la
época que más enfermedades y más cáncer se han dado de la historia y todo por
lo ultraprocesados que están nuestros alimentos.
El consumismo y
nuestro mundo globalizado basado en las redes esta muy influenciado por la
publicidad. La publicidad nos incita a comprar productos que no son necesarios
o que no cumplen una necesidad básica, lo peor que este consumo nos hace
sentirnos satisfechos. Tengo que decir que a veces me siento mejor cuando voy a
comprar ropa y me compro cosas nuevas y bonitas. Cuando me lo pruebo y me gusta
como me queda y si mi economía me lo permite pues no pienso en nada más y me lo
compro. No miro etiquetas de la ropa y debemos mirar todo para poder cuidar el
planeta. Mirando las etiquetas, sabemos el proceso que ha tenido la ropa como
se ha hecho y hasta si el tinte es contaminante para el planeta. Quizás, por mi
economía si veo que algo me gusta y esta bien de precio me lo compro sin mirar
nada más. Chanclas de plástico, neceser de plásticos, botellas de plástico…
debemos fijarnos si las botellas están libres de Bisfenol A. En Francia, este
producto está totalmente prohibido porque contamina mucho y nos hace daño en
nuestra salud. Tiene unas partículas cancerígenas que con el tiempo pueden
llegar a afectarnos.
Bueno, como
medio de transporte lo que mas utilizo es el autobús. La distancia de la
facultad y de mi trabajo es de unos 40 minutos en autobús y no puedo ir andando
porque está muy lejos. Estos reyes me han regalado un patín eléctrico para
llegar antes al trabajo y a la facultad y creo que es algo que no contamina
mucho, aunque una bici contamina mucho menos. Llego a coger una media de 4
autobuses al día por motivos laborales y por estudios.
A continuación,
hablaré de los productos de cosmética que uso: